Protesta por un Corpus festivo

Las autoridades locales han trasladado el festivo del Corpus Christi (11 de junio) al día de la Virgen de las Angustias (15 de septiembre), cuando tiene lugar la ofrenda floral en su Basílica. El acuerdo ha provocado poco revuelo; si acaso -y reconocemos nuestra extrañeza-, aplausos. El motivo es evidente, porque la feria de toros, carocas y casetas no puede celebrarse en condiciones normales sin incumplir las medidas de prevención y control de la pandemia impuestas por el estado de alarma y las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Sin embargo, queremos hacer desde aquí una protesta formal por la eliminación de este día festivo.

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Cartel del Corpus de 1891

Que le hagan el favor al día de la excelsa Patrona de Granada está muy bien, aunque a pocos se les escapa que la ofrenda floral tiene siempre la vistosidad de un evento popular y castizo por más que el día caiga entre semana, llueva o truene. Quien quiere ir, va, y quien no, se espera a la procesión del último domingo del mes. Declarar festivo local el día no ayuda a quienes viven en los confines de la provincia y quisieran estar presentes en la Carrera de la Virgen, porque no les afecta; y quienes viven en la ciudad, pueden siempre acercarse a última hora.

Por el contrario, existe un grave motivo para mantener el festivo en el día del Corpus Christi: porque es el día del Corpus Christi. Acaso hayamos olvidado por qué Granada lo celebra, así que habría que aclarar que no es ni por los toros, ni por las carocas, ni por las casetas, que son parte de la fiesta, sin duda, pero no son parte de su esencia, sino añadidos graciosos. Entrañables e irrenunciables para cualquier granadino, pero ornamento al fin y al cabo. El motivo central está en las famosas palabras de Ysabel la Católica, que nos mandó que «la fiesta ha de ser tal e tan grande la alegría y contentamiento, que parezcáis locos». Sean ciertas o invento hagiográfico, son las que son y así se ha hecho siempre, por los siglos de los siglos.

¿Qué poder creen tener los capitostes del Ayuntamiento para incumplir el mandato isabelino? ¿Qué significado tiene la historia para ellos? Un año desaparecerá la preciosa custodia gótica que regaló Ysabel en 1501, esa que sirve de trono al Corpus Christi durante la procesión de cada año, y los insensatos dirán que ya no puede haber Corpus.

[Número 1 – 11 de junio de 2020 – página 1]

 

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